DEJANDO MEMORIA Y VIDA EN ESTE LUGAR

2 de octubre de 2011

No sé escribir.

No sé escribir… y me pesa como un trozo de madera en mis hombros.

No sé escribir…Y me duele como esas veces en las que el cuero se enchina y los dientes se aprietan.

No sé escribir… Y me lleno de ansiedad como cuando uno busca y busca sin encontrar nada, solo una garganta acallada por el gemido doloroso.

No sé escribir… y mis dedos avergonzados se esconden, se paralizan, se apenan.

Dedos que no saben tocar una pluma, arrastrarla, manipularla por lo menos para asentar que no lo pueden hacer.

Aquella tarde en que te arrullaba en mis brazos, fue cuando descubrí que no sabía escribir, cuando me sentí tan limitada y al mismo tiempo tan grandiosa por acunarte y lograr que sucediera el milagro: el encanto de tu sueño profundo.

Qué lástima que mis dedos, mis ideas, mis emociones y mis letras se quedaron absortas en ti, en tus dulces labios, tus ojos brillantes, tus manitas cálidas; que lástima, porque de no haber sido así, por lo menos habría podido escribir: TE AMO LUNA.

9 de junio de 2011

No soy más yo.

Del cuerpo ajado, adolorido y abierto.

Hasta los hombros cambiaron, y las células que se pasean en ellos.

Del cuerpo doliente, cambiante, transformado, transmutado.

De vientre de vida que dio vida a la vida misma.

De cuerpo líquido, alimento, amor, entregado al servicio de la vida.

El cambio trastoca mis pupilas y se unen con tus grandes y bellos ojos,

que me curan, que me embellecen el alma, que me sanan que me dan el

consuelo de la vida cambiante.

He dado a luz, a una hermosa niña, que día a día con sus grandes ojos,

su boquita en mi seno, su energía vital, su paciencia, su desesperación

por comer y dormir, han hecho de mí la que nunca fui, la que nunca he sido.

Luna ha cambiado día a día a la que conocí, no soy más yo, soy otra

la que crece, se conoce, se vincula con el amor con una ternura que no cabe en el

pecho, ni en el cuerpo, se expande y sale de los límites.

No soy más el mismo cuerpo, mi desesperanza crece cuando el susurro en mi oído

y la sombra cotidiana me lo repite “no eres más tú”, en eso me vuelco en tu pequeño

cuerpecito y te aprieto a mí para decirte cuanto te amo, y cuan abierta estoy para caminar

contigo el sendero de la vida.

25 de marzo de 2011

En tu universo.

Flotando en tu universo del líquido amniótico,
tus hermosos ojos cerrados, y tú, concentrada en tu pequeña vida.
Tu papá y yo enternecidos mirábamos cada una de las partecitas de tu cuerpo,
hacíamos conjeturas sobre cómo serán tus ojos, a quién te parecerás, cómo serán tus manos.

Contigo Luna, la vida se ha puesto mejor de lo que ya estaba.
Contigo pequeñita, la vida tiene una sorpresa diaria que regalarnos.
Eres como un milagro que me ha traído grandes enseñanzas de amor, paciencia y sabiduría.
Amor: por la ternura envolvente, frágil y sublime que has despertado en mí.
Paciencia: de saber que cada día creces y te desarrollas, y que a pesar de las ansias insoportables de tenermte en mis brazos, debo esperar a que estés lista para salir.
Sabiduría: porque todo el cuerpo, que es mi cuerpo y tu casa, se ha preparado y ha puesto todo a tu disposición para preservar tu vida.
Te seguimos esperando con las ansias que ya no pueden más, con el amor que me ha vuelto ciega de ti, de mi niña, de la pequeña Luna.

28 de febrero de 2011

Insomnio

¿Para qué dormir?

Desde que llegaste, noche tras noche me encuentro en una batalla por conciliar el sueño. Tu casita, que es mi panza, crece cada día y cada noche. A veces siento aplastarte y me avisas con tus pataditas que me mueva hacia otro lado, pero una vez que estoy en el otro lado, me pides que vuelva moverme, hasta que las dos encontramos la posición ideal: para que tú puedas nadar a tus anchas en tu mar y tu mamá pueda conciliar el sueño. Fue hasta el día de ayer en que decidí que no lucharía más por dormir, que no quería desvanecerme en los brazos de Morfeo y perderme cada latido de tu corazoncito, cada movimiento de tus manitas y tus piernas, decidí que no quería perderme de sentir tus estornudos y el hipo que a veces te da porque tu mamá tiene un poco de frío. Decidí que quería vivirte día y noche, que el dormir resultaba un desperdicio, que prefiero que vivamos juntas la experiencia de tu crecimiento, de las formas que vas haciendo en mi vientre, de tu hermosa cabecita colocándose en posición para nacer. Decidí que no podía perderme ni un segundo más tu presencia en mi cuerpo, que tenía que vivirte intensamente dentro de mí, ahora somos una viviéndonos día tras días, mis incomodidades son las tuyas, mis risas también lo son, mi alegría es la infinita chispa encendida que te acompaña, y nos acompaña ahora a tu papá y a mí por tu arribo a nuestras vidas, y a este mundo que te espera. Anoté un letrero en mi almohada que dice: “prohibido dormir y no sentir cada latido de Luna”. Desde hoy el insomnio lo disfruto, a veces cuando el sueño llega y mis párpados no pueden hacer sino cerrarse, le encargo a mis manos que no dejen de acariciar la panza, a mis oídos que no dejen de escuchar tus latidos, y a mi corazón que no deje de acompañarte en tu dulce crecimiento. Te amo.

9 de febrero de 2011

---- Tu piecito en mi ombligo-

Luna Luz, has iluminado mi vida con tu belleza.
Una niña que ha llegado a mi camino sin pedir nada,
sin esperar nada.
Amo tus movimientos,
tus hermosas pataditas,
tu pie en mi ombligo,
tu lengua en la planta de tu pie.
Amo tu belleza interna,
la luz con la que has alumbrado nuestras vidas,
la ternura con la que me haces saber que estás entre nosotros.
Amo las noches que pasamos juntas, en la lucha nocturna por alcanzar un poco de descanso.
Amo tu vida, te amo a ti, mi niña esperada.

19 de enero de 2011

Tus manitas rozan mi panza

Tus manitas rozan mi panza, tus pies se asoman encima de mi piel. Me imagino tu carita, tus ojos, tu nariz, tu panza, tus brazos, tu cabeza y tu hermoso cabello. Cada día mi panza crece y mis ganas de verte, besarte, escucharte llorar, ver tus movimientos y tenerte con nosotros me llena de alegría. Día y noche estoy al pendiente de ti, te veo, te pienso, te siento, te imagino, me imagino oliendo tu frente perfumada a tu olor de inocencia y pureza. Cuánto me has hecho sentir y crecer, has hecho que cada día mí vida cambie, se transforme, cada día puedo entender algo distinto, de ti, de mí y del amor. Me llena de ternura saber que en mí hay un espacio para ti, que juntos hemos construido, juntos sabemos lo que nos pasa, lo que olemos, lo que respiramos y sentimos. Así, disfruta de la pancita, disfruta de este estar conmigo tan íntimamente como yo ahora lo disfruto, ejercita tus piernitas y tus brazos, también tu alegría e inteligencia, un mundo te espera mi amor, te espera mamá y papá que te aman y que no resisten más el momento de tenerte en sus brazos.

3 de enero de 2011

De los tiempos desconocidos y el ahora.

Cuando te vi no pensé, sentí.
Sentí el pasado de los dos, el tiempo en la espera.
La espera de la vida que nuevamente nos uniría.
¿Cómo pude sentir esto? ahora lo sé, el tiempo fue quien lo demostró.

Crecimos juntos: admiramos lugares fascinantes, viajamos, nos conocimos.
Nos desesperamos y luego nos arreglamos, para luego, volver a desatinar.
Una y otra vez, como la rueda de la fortuna, subir y bajar, aprender y desaprender.
El tiempo nos amaestró, nos curtió, nos ayudó a comprender el arte de ser hombre y de ser mujer.

Tú creciste, maduraste. Yo te fui amando un poco más.
Yo crecí y aprendí de ti, de mí, de los dos.
Nos fuimos sumergiendo cada vez más.
Tú comprendiste.
Yo seguí entendiendo.

Caminamos y nos cansamos de hacerlo solos.
¿Había algo más para aprender?
Un llamado espiritual susurró en tu oído.
Alguien más se incluiría a nuestro tiempo y camino.
Nada podía ya hacerlo esperar, nos bastaron sólo algunos actos de amor profundo.
Profunda ternura, profundo cariño, profunda entrega.

Y llegó el esplendor con que se vive la vida,
La alegría de un día más, la sorpresa y la espera del día a día.
La pasión por continuar el andar juntos.
Un pequeño ha iluminado nuestra vida de amor y de sabiduría.
Ha señalado la necesidad de continuar y seguir aprendiendo.
El tren no se detiene aquí, las vías aun tienen camino por recorrer.

Yo te amo cada día más.
Y a ti, el corazón se te ha enternecido con aquel sutil movimiento que día a día te regala nuestro pequeño…