DEJANDO MEMORIA Y VIDA EN ESTE LUGAR

24 de octubre de 2007

De regreso!

Desde hace tiempo he estado pensando ¡¿qué escribo, qué escribo?! Y finalmente apareció un suceso muy importante del cual hablar, de hecho, en esta noche de martes abrí un nuevo documento para despotricar a gusto del tema que ahora ha capturado la atención de los fronterizos, pero ¡Oh! Se me ocurrió escuchar a los Beatles y pensé ¡nunca he hablado de ellos en este espacio! Y me parece un excelente retorno a mis andares del postear y esas cosas.
¿Quieren que les cuente?
Bueno, una vez entré a aquella casa alta, alta, antigua, era nuestra vieja casa de Guadalajara, quería soltar la mochila en son de protesta por el cansancio que me ocasionaba ir a la escuela y tener que llegar exhausta a mi casa. Mientras me disponía a buscar a mi mamá para quejarme de lo harta que estaba de ir a la escuela, ella se dedicaba a limpiar la casa mientras escuchaba “love, love, me do, you know I love you” y sentí como si un aire fresco y misterioso bañara mi casa, ¿los Beatles? ¿Por qué mi mamá y mi papá siempre los escuchan? ¿No tendrán otro disco? (dicho sea de paso el disco era un LP). Corrí a preguntarle a mi mamá mientras lograba zafarme los tirantes de la mochila de mis hombros y mi suéter rojo se resbalaba, ¡mamá! Por qué estas escuchando a esos –le pregunté- y ella me respondió, son los Beatles y a tu papá y a mí nos gustan mucho. En ese momento sentí el típico sentimiento de confrontación con los “adultos” ¡guácala! -me dije- es música vieja, pa’ los rucos. Sin embargo, era inevitable ver cómo mi mamá pasaba la escoba por los pisos con un sabor sin igual mientras escuchaba su álbum rojo, y cantaba aunque no supiera ni qué estaba diciendo, y yo, sólo por esa escena acepté alegremente que los Beatles entraran a mi casa tooodas las tardes. Más tarde me volví una ferviente fan, estoy segura que si hubiera sido contemporánea de los Beatles me hubiera desmayado, y hubiera hecho todas las escenitas que se avientan las mujeres de aquellos tiempos mientras intentaban verlos porque la mitad del concierto se la pasaban desmayadas, bueno, así, justo, me hubiera pasado a mí, estoy segura. Los Beatles me han acompañado tooooda mi vida, y me han acompañado en momentos de alegría, de enamoramientos, de relax, y de escritura como en este momento, “Strawberry fields…. nothing is real”

3 de octubre de 2007

SIN INSPIRACION

He estado pensando una y otra vez por qué no he logrado asomarme a este blog. Hay varias razones, la primera es porque me robaron mi computadora, en mi propia casa, por cierto. Abrieron mi departamento y tomaron pocas cosas pero precisas, las más importantes para mí.

---- Casi puedo imaginar cómo fue ----

El viernes pasado entraron dos hombres que viven muy cerca de mi casa, lo abrieron con dos piezas de fierro con una facilidad increíble. Uno de ellos corrió hacia el estudio y con sus manos en forma de garra, apresurado, nervioso y burlón hurgó todo cuanto estuvo a su alcance, seguramente volteó ligeramente hacia el suelo y encontró un estuche verde con mi computadora dentro. Adiós computadora. Siguió buscando desesperadamente mientras mi cuadro de Frida Kahlo le acompañaba en su labor ardua de hurtar lo ajeno, el tipo volteó la mirada hacia una maleta interesante que nada más ni nada menos tenia uno de nuestros más preciados tesoros: libros, que no pudimos desempacar desde que nos cambiamos al departamento. Obviamente tomó la maleta y…. adiós libros. Mientras tanto, el segundo ratero se dedicó a rascar en el armario mientras la adrenalina le corría por todo el cuerpo y seguramente pensando, pinche vieja hippie no tiene nada. Pero que tal cuando abrieron el último cajón, ¡se encontraron mi cámaraaaaaaaaaaaaaaa! !!!Ahhhhhhh!!! Se llevaron mi cámara con todo y fotos y rollo, ¡tenía años con ella! y… adiós cámara.
Ambos ladrones salieron apresurados, dejando mi puerta abierta, y mi pequeño lugar, completamente al descubierto y a disposición de cualquiera. Cuando vi mi departamento así, ultrajado, me sentí la más ¡huérfana del mundo! No hay espacio seguro, no hay sitio seguro ni siquiera ¡la cama donde duermo! Sí. Estoy paranoica pero no puedo evitarlo...

---- Ahora ----

Sin computadora en casa simplemente no me inspiro, si, soy de esas que ya no puede tomar pluma y papel para escribir, ¡necesito mi computadora! La inspiración se me fue de la pena de pensar que alguien desconocido tomo mis cosas y las tomó sin previo permiso. Cuando supe que habían robado mi departamento tuve ganas de golpear al primero que me pasara enfrente. No lo hice. Pero albergué mucho enojo. Quizás el enojo mitiga las ganas de escribir, o la creatividad, al menos eso me pasó a mí.