DEJANDO MEMORIA Y VIDA EN ESTE LUGAR

27 de febrero de 2008

Hay tantas cosas.
Si a uno le pagaran por escribir sería multimillonario. Hay tantas cosas en las que un ojo se puede concentrar para crear un tema y escribirlo, pero también depende de qué humor ande el dueño de ese ojo para expresarlo con la escritura. Me gusta escribir aquí por que no hay jueces, no hay competencias, no hay formalismos, simplemente abro una hoja en blanco y escribo, expreso, “bien escrito o no” simplemente lo hago.
Qué simple sería la vida si cada uno desde su trinchera hiciera las cosas y no hubiera jueces –neuróticos- que en cada momento estuvieran “calificando” o empujando a la competencia con el otro. Poco a poco hombres y mujeres hemos ido creando las reglas de juego que no han hecho más que ir matando el espíritu del humano. Hemos creado una condición humana que no nos funciona por ningún lado. ¿Por qué no funcionan los gobiernos? Ni los de izquierda, ni los de derecha ni los de centro. ¿Por qué los hombres y las mujeres se corrompen con el poder, sea este mucho ó poco? ¿Por qué no sabemos manejarlo? ¿Por qué la mirada se nubla cuando se ha obtenido un puesto “importante” socialmente, claro? Las reglas mecánicas no sirven ni han servido para la humanidad es por eso que nunca vamos a estar de acuerdo con un gobernante, es por eso que siempre va a haber rebeldía y confrontaciones, es por eso que siempre habrá concentración de las riquezas porque este mundo lleno de reglas no todos las entendemos, no todos sabemos lo que tenemos que hacer en cada ocasión, en cada momento. Hay quienes las entienden y las manipulan a su antojo, como la regla del más fuerte siempre se comerá al más débil –gracias Darwin por demostrarlo en tu teoría-. La naturaleza humana no se adapta a instituciones, formalismos, cartas y oficios, gobiernos con estructura, pensamientos que empañan la creatividad humana, la espiritualidad humana. Hoy por la mañana mientras caminaba para tomar el autobús hacia mi trabajo veía el letrero de un banco anunciando el carro de “tus sueños” y el slogan decía que “para nunca dejes de ser feliz”, contuve la risa por aquella regla social de quien se ríe solo esta loco o es anómalo, seguí caminando y mientras tanto pensaba en todos los vacíos que tratamos de llenar a diario para no vernos a nosotros mismos sonará a cliché pero todo el tiempo estamos buscando la forma de distraer a la mente con asuntos completamente efímeros como un carro o un puesto. No voy a mencionar las palabras más deprimentes que he escuchado en la vida: “de todos modos todos vamos a ir para el mismo lado aunque tengamos riquezas”, creo que la cosa no va por ahí, yo diría qué tanto disfrutas de esta UNICA vida que tienes hoy, de tu risa, de la comida, de tu cuerpo, de tu hombre, de tu mujer, de tu intimidad, de la vida. Qué tanto tiempo le dedicas al puesto nuevo que te dieron en la empresa y cada cuándo te tiras con alguien querido a reírte diciendo pendejadas –incoherencias- nomás por el placer de estar ahí. Estos fueron los susanacomentarios de hoy quien llegó muy inspirada a trabajar con la sonrisa en la boca y se encontró con el correo más desagradable del mundo de alguien que inocentemente piensa que nunca se equivoca, que toda su vida racionalmente organizada es perfecta, aunque a diario en su mirada refleje una gran soledad.

20 de febrero de 2008

Domingo por la tarde.Ayer mientras desayunaba veía por la ventana el pedazo de barda que divide a México y a Estados Unidos, pensé… ¿Cómo habrá sido este lugar hace 15 años, hace 30 años, hace 70 años, hace…. ¿lo que uno nunca vivió nuca sucedió? Me pregunté después… no puedo sentir algo que no he vivido por más que me lo platiquen.
Terminé de desayunar y con el pretexto de ver el carnaval en la playa fui corriendo hacia el malecón, había mucha gente, bullicio, cámaras, movimiento, gente corriendo. Justo estaba tratando de ubicar qué era lo que sucedía cuando alguien se acerca a mi y me dice – ¿quieres salir en la película?- por un momento pensé –esta es la oportunidad que siempre he esperado en la vida por fin voy a ser famosa- je. Me entusiasmó hacer circo un rato, así es que acepté y me divertí. Apenas pude saber que la película se llamará “Una historia de la frontera” -¡qué original caray!- mi papel consistió en aplaudirle a Javier quien hacía suertes con la reata tal y como lo hacen los charros bien charros! La escena la tuvimos que repetir varias veces pues cometimos TODOS la “antiprofesionalidad” de voltear a la cámara, para ver cómo nos filmaban -¿para qué nos dicen dónde estaba la cámara? Si no nos hubieran dicho ni en cuenta y la actuación hubiera sido más naturalita, je.
Justo estábamos haciendo circo cuando entre los barrotes del bordo fronterizo veo que viene un grupo de personas cargando una bandera estadounidense, y pensé … órale que buena actuación la de los compas que están del otro lado. Junto con este grupo llega otro sin banderas y con cartelones donde se exigía cambios a la reforma migratoria y se pronunciaban a favor de los migrantes que ahora están en Estados Unidos.
Nada de esto fue actuado, del borlote que se había armado por la película y el gentío que había en la playa se jalaron estos grupos aprovechando la coyuntura –bueno no todo es tan fortuito el asunto es que llegaron-, una persona me dijo que cuando existen este tipo de acontecimientos la patrulla fronteriza de EU llama a los grupos de antimigrantes.
En un rato pequeño se dispersaron los antimigrantes, y sólo quedaron los promigrantes quienes alzaban la voz con consignas “si se puede” “si se puede” entre intercambios de líderes de consignas separados por la malla fronteriza me parecía que estaba observando un hecho social total como alguna vez lo mencionó el antropólogo Marcel Mauss. Entre la “historia de la frontera” hecha película y la historia de la frontera hecha realidad y vivida cotidianamente por aquellos que la han sufrido. En menos de diez minutos y justo en la franja fronteriza se reunieron los escenarios de la migración tal y como cada quien la quiera ver o la haya vivido. En la frontera aquella tarde de domingo vi la historia –que nunca vi- de los migrantes –que no conozco- y la palpé como algo vivo … palpitante…

10 de febrero de 2008

NO DEBERÍA DE HABER POBRES

Nadie debería vivir en los rincones de los países sufriendo por lo que a otros les sobra a manos llenas. Ni niños, ni mujeres, ni hombres, ni ancianos, deberían estar ahora pensando qué es lo que van a comer mañana, con qué se van a tapar del frio, cómo le van hacer para traer el sustento a su casa.
No deberían existir los programas sociales para la pobreza, ni desayunos escolares para los niños indígenas, ni alimentación especial para los desnutridos, ni refugios, ni salud extramuros para ayudar a los enfermos. No deberían ni siquiera existir una microregionalización para localizar a los más pobres de un país.
En un país democrático deberían existir el mismo derecho y oportunidades para todos, para el niño de la sierra y para el niño de la ciudad. En un país donde la riqueza se distribuye con justicia simplemente no existen los programas de “combate a la pobreza”.
Siempre he pensado que los programas de “combate a la pobreza” sólo es una falsa manera de justificar la ineficiencia y desigualdad con la que se distribuye la riqueza de un país. Si la visión de los políticos fuera equitativa y sustentable, simplemente no habría pobres, los programas se enfocarían al desarrollo humano y no a menguar las necesidades humanas.

5 de febrero de 2008

el que busca encuentra, y yo me encontré con esto...

"No hay otra manera de alcanzar la eternidad que ahondando en el instante, ni otra forma de llegar a la universalidad que a través de la propia circunstancia: el hoy aquí". Ernesto Sabato.