DEJANDO MEMORIA Y VIDA EN ESTE LUGAR

6 de junio de 2010

RE-VIVIENDO

Abrir el corazón a menudo es complicado, nos han enseñado a pensar demasiado y en cada pensamiento se va algo del alma, algo del corazón, de la vida misma. Recuperar la conexión con una espiritualidad universal, con la energía del mundo, la relación con las plantas, el agua, los animales, y no se diga con los mismos humanos implica un trabajo extraordinario. Es una situación como de regresar a casa, al regazo que de hecho era nuestro y que la cultura -por llamarlo de alguna manera- nos ha adormilado tales capacidades. En esas ando ahora, ayer mientras iba caminado a Teotihuacán pensaba en mi regreso a casa, Jodorowsky en alguno de sus libros contaba un experimento que hizo con otro amigo donde el objetivo era solo caminar en una línea recta que se habían trazado imaginariamente, la idea era no dar vueltas ni esquivar algún obstáculo sino pasar por encima de él si era necesario. Así pasaban por encima de las casas, los árboles o cualquier situación que se les pusiera en frente, el tema era no perder el camino. Esa imagen se me ha quedado muy gravada en la memoria, y por eso ayer que iba al ZENDO-Teotihuacán (un lugar donde se practica budismo zasen), pensaba lo mismo: ahora estoy aquí caminado a dos horas de distancia de mi casa, con el sol encima y la tierra que se levanta con el aire, con el murmullo de las nopaleras siguiendo mi camino, y a mis espaldas la pirámide del sol, ahí quieta. Pensé, es como lo que describía Jodorowsky en su experimento de caminar en línea recta, “aquí estoy otra vez de regreso a casa”, “aquí estoy otra vez en mi camino”, estos pensamientos me llenaron de convicción sobre algo que me toca hacer o resolver ahora. Es por eso la necesidad de abrir el corazón hoy para decir que me encuentro re-viviendo, lo cual me llena de expectativas.