DEJANDO MEMORIA Y VIDA EN ESTE LUGAR

26 de enero de 2009


Ayer me di cuenta que no había sido nada. Me di cuenta, mientras hablaba sobre mi pasado, que no era más que el presente que vivía. Sentí un vacío enorme al referirme sobre lo que fui, me di cuenta que mis argumentos se desvanecían provocando al engaño más que a la verdad. Mientras mi voz salía de mis labios mi conciencia escuchaba, me di cuenta que no había más que decir del pasado porque yo ya no era aquella persona a la que había intentado narrar por etapas y episodios de vida. Me pregunté a mi misma ¿qué caso tenía estar hablando de algo que ya no me provocaba sino sólo un recuerdo lejano? Me di cuenta que aquel instante no fue sino el sonido de mi conciencia recordándome que no había nada más maravilloso que vivir el presente, y no el pasado ... y menos hablar del futuro, pues aún no conozco la historia.

2 comentarios:

Blas de Lezo dijo...

El pasado ha pasado, siempre ha pasado. Sus imágenes y recuerdos pueden ayudar o mortificar, pueden alentar o hundir, pero siempre serán pasado imborrable y tan vivo como lo deseen nuestros pensamientos.
Es un buen método mantenerlo latente para cualquier consulta, como si de una enciclopedia propia e intrasferible se tratase, pero nada más. El presente es el inmediato paso al archivo del pasado pero es lo que justifica vivir por un futuro que siempre nos aguarda pendiente del presente en el que somos soberanos de nuestras decisiones. A veces el maldito pasado pasa de libro de consulta a chantaje sobre la conciencia, en ese caso es mejor apagar y cerrar ese armario, pues no aportará nada mas que sus propios miedos.

Feliz presente que siempre precederá un mejor futuro.


Un beso, presente para el futuro.

Blas

The L. dijo...

y dice Liliana Felipe: "Siempre el pasado nos vuelve a pasar"...